La forma surge del vacío, Emanuel Tovar
3 de febrero - 6 de abril de 2024
jueves a viernes, 15h-19h y sábado, 11h-15h
Calle Mexicaltzingo 1343, Americana 44160 Guadalajara, Jal.
La escultura sobre sí misma
En una mirada, viendo hacia atrás -como le fue advertido por otros elementos que no lo hicieran - la estatua muda contempla su devenir salino, su nostalgia decadente, aún cuando puede seguir pensando, redactando las líneas de un poema andaluz, y de memoria alude a cifras que, sin ser místicas, significan en su cábala numérica y newtoniana:
siete pájaros del prisma
Y usando otra vez el martillo como metrónomo, en octosílabos recurrentes como manchas y chorretes, dicta sus pasos sin huarache, arrojados al acantilado divergente del madroño y de las coronas estrábicas, dolorosamente prógnatas, estrábicas y simultáneas, en estéreo:
como un oso panza arriba
Zigzagueante pedestal inestable, ronrronea acurrucando el horizonte donde se juntan la pared y el piso, perchero de ningún saco ni sombrero, ni chamarra, ni gorra, ni nada raro, muy al contrario, arropa la garlopa, el serrucho, y el aserrín que escupe el serrucho rápido, rapaz, riguroso y rectilíneo:
Cinco toronjas se endulzan
Material previamente desechado de otros trabajos. Fueron bases, repisas, palos que servían para cimbras carcajeadoras y rotundas, rotondas, glorietas, camellones, ruedas de la fortuna, montañas rusas, ucranianas, eslovenas, chechenas, checas, revisas y nada encuentras, que no pertenezca a la dignidad humana:
Las cinco llagas de Cristo
Construido por mi abuelo de una forma exquisita, que reta a la lógica del equilibrio, por su forma tan rústica, deviene un mueble que solo sirve para dar fe de su propia hechura, ahí todo puede suceder, pues la catástrofe quedó atrás, solo queda la posibilidad infinita de lo inexacto, en pares, embriagando a sus padres:
galopan dos caballistas
Como la madera que servía para colocar herramientas como lápices, pinzas, martillos y destornilladores de la carpintería de mi padre, la veta y el hilo no tienen lado, tienen cara. Claro que si se percute, da una clave múltiple:
con veinte soles arriba!
Muchos elementos que también funcionaban de alguna manera como apartalugares y otros simplemente abandonados, fuerza laboral, vestigios, volúmenes un tanto grotescos, gestos simples y burdos, que toman una forma orgánica y caprichosa que solo responde a lo visceral:
la luz juega el ajedrez
Abraham Cruzvillegas, 2024