¿qué hay detrás de la reja?, Aldo Álvarez Tostado
Inauguración: sábado 5 de noviembre 2022, 15h-21h
Fechas: sábado 5 de noviembre 2022 - sábado 7 de enero 2023
Horarios: jueves a viernes, 15h-19h & sábados, 11h - 15h
Dirección: Calle Mexicaltzingo 1343, Americana 44160 Guadalajara, Jal.
*cubrebocas obligatorio
Reception: Saturday, November 5, 2022, 3 p.m.-9 p.m.
Dates: Saturday, November 5, 2022 - Saturday, January 7, 2022
Hours: Thursday to Friday, 3 p.m.-7 p.m. & Saturdays, 11 a.m.-3 p.m.
Location: Calle Mexicaltzingo 1343, Americana 44160 Guadalajara, Jal.
*mandatory use of face masks and coverings
¿qué hay detrás de la reja?
Hemos tenido que volver a aceptar que el absoluto solo se nos manifiesta a medias entre juegos y enigmas, como bien sabían nuestros antepasados barrocos y como bien sabía Luis Barragán, cuyos espacios manifiestan siempre gracias al biombo, al muro a media altura, a la directriz quebrada, la parcial presencia de lo ausente. Su serena, dolorida lucidez no le permitió perder de vista que ni el instante, ni la verdad, ni la persona amada jamás nos pertenecen por completo. –Alfonso Alfaro
No terminamos en los límites de nuestra piel, ni nuestras casas terminan en sus límites materiales; hay una expansión, compresión, revoltura y entreveramiento de ámbitos entre las personas y sus casas. A veces nos sentimos arropados por sus cuerpos: materiales, formas, texturas y calidez; en otras ocasiones nos sumergen en el mundo de los afectos, las memorias y los anhelos. Nuestra casa atiende ese equilibro temporal y precario entre interior y exterior, cuerpo y psique. Manipula maravillosamente el límite entre las realidades —particularmente humanas— que son el dentro y el afuera: comprimiendo, conteniendo, expandiendo, insinuando y focalizando.
Luis Barragán se entrega a la construcción de la intimidad, cuyas categorías ineludibles son el dentro y el afuera. Interior y exterior, categorías arquitectónicas y humanas. La intimidad es difuminar los bordes entre los encontrados: que pueden ser interior y exterior, personas y lugares. Para difuminar estos encuentros, los arquitectos y las personas ocupamos umbrales, espacios ambiguos, a medio camino entre algo y lo otro. El juego entre los encontrados —adentros y afueras— y la intimidad que se genere entre ellos, son temas fundamentales de la arquitectura de Barragán, de su persona y de la presente exposición de Aldo Álvarez Tostado: ¿qué hay detrás de la reja? ¿a dónde me llevará éste sendero?
Para construir intimidad ocupamos otredad: anhelamos pasar de lo distinto-distante a lo distinto-íntimo; pero hemos aprendido que, para no perder la otredad, ocupamos también cierto grado de distancia. Deseamos, construimos, encuentros que nunca llegan por completo. Aventuramos que el final del sendero de los jardines barraganianos no existe, son juegos y enigmas. O misterio, otra categoría barraganiana: aquello que, por no terminar de completarse jamás, elude los reinos del hombre, provocando, sugiriendo, seduciendo. La parcial presencia de lo ausente. Si Barragán entregó su vida a la construcción del misterio, la casa es su mistagogía. Bien sabía Barragán que, para lograrlo, su arquitectura tendría que cubrirse con un velo sugerente que echara a volar la imaginación, que mientras nos invitara al encuentro, jamás podría mostrarnos todo por completo. Creemos que su arquitectura está hecha de historias y fragmentos, cuyos habitantes tendrán que llenar los huecos por siempre, sus rincones insospechados, para mantener la llama de la fantasía encendida.
Estamos convencidos de que el personaje fue reflejo de su arquitectura ¿o sería al revés? Este par de patrimonios murieron sin instrucciones para ser recordados: velados, parcialmente presentes, parcialmente ausentes, construidos de puras partes, muchas veces contradictorias, por cuyas grietas ha podido entrar, en intimidad, la persona de a pie para completar los huecos y apropiarse de su legado. ¿Qué es una celosía, sino un umbral que nos invita a echar a volar la imaginación?
Diego Orduño