HORA 1, Claudia Cisneros
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7 de septiembre - 7 de diciembre de 2024
jueves a sábado, 16h-18h
Calle de la Constitución 42, Escandón I Secc, Miguel Hidalgo, 11800 Ciudad de México
Comienza por los días del malestar, engarza
los esfuerzos por sentirte bien, necesitas las
dos manos, la izquierda que brota de tu mano
derecha. En la yema de los dedos, el filo de la
percepción, en el filo del ojo, el tacto doble de
la ventana. El límite no es más que polvo que te
mira desde la mente de los otros. Cuesta trabajo
ver, tanto en la luz como en la sombra, por
más que se repita la forma, el aire se la llevará
mientras haya aire.
Los libros se erosionaron en rostros, solo
queda el reverso de una imagen, no importa
cuantas veces la desdobles, la repetición flota,
sin marco, en la habitación del cuerpo. No
tiene caso hablar del dolor, aunque creas que lo
hayas hecho, te darás cuenta que no fuiste tú,
que fueron los otros al –otro lado del mundo–
quienes reventaron por ti. Lo único que hiciste
fue sostener la imagen de su miedo con los ojos,
pequeñas cabezas del tamaño de la palma de tu
mano.
Mientras todos duermen, haz del sol
un hilo, imagínalo entrando por las ventanas
de sus entrecejos, un collar luminosamente
humano, hecho de todo lo desaparecido, aunque
no puedas salvarlos y nadie pueda hacer algo
por ti, en las noches más negras de tu vida
secreta, no te olvides de ti. Levántate, vístete
de espacio, descuélgalo de las paredes, camina
con las cuentas en la mano y ve al punto de
encuentro marcado con un listón negro. Siempre
hay alguien ahí, despierto, que te ve morir y
te ve renacer, en la última hora del día, que es
también, la primera.