Amar Amar (estás viendo y no ves), Rodrigue Mouchez Armendariz
Inauguración: sábado 9 de abril 2022, 16h-20h
Fechas: sábado 9 de abril - sábado 1 de mayo 2022
Horarios: jueves - sábado, 16h - 18h
Dirección: Calle de la Constitución 42, Escandón I Secc, CDMX
*cubrebocas obligatorio
Reception: Saturday, Abril 9, 2022, 4 p.m.-8 p.m.
Dates: Saturday, Abril 9 / Saturday, Mayo 1, 2022
Hours: Thursday to Saturday, 4 p.m.-6 p.m.
Location: Calle de la Constitución 42, Escandón I Secc, CDMX
*mandatory use of face masks and coverings
¿Haz intentado escribir en el fondo barroso de un río? Una vez que uno se acostumbra a la corriente, tan pronto el dedo o la vara traza el principio de una sílaba, esta se esfuma en forma de susurro que se funde en cientos de diminutos huecos, surcos y porosos relieves a los que llamaremos, a propósito de esta exposición, memoria. Escribir en el fondo de un río puede ser, entonces, la parte inicial de un ritual en el que el cuerpo transmuta rebasando los límites de lo reconocible. Memoria en variación infinita, el lecho fluvial es pulso vital imposible de capturar en su particularidad. ¿Cuántas formas puede adoptar la temporalidad acuática de un recuerdo?
Esta exposición se trata de un recorrido entre los sedimentos de la memoria familiar, que arrumbada, se ha descompuesto y polvificado, para después ser traída al río, donde remolinea. Ante la amnesia que apagó la historia de su abuelo Amar, beréber de la ciudad marina de Oran en Argelia, Rodrigue Mouchez Armendariz (Le Chesnay, Francia, 1987) sostiene intuitivamente un proceso artístico que indaga en las formas estéticas del lecho fluvial como un experimento en torno al deseo más allá de este como falta, carencia o vacío. Para ello, Rodrigue adopta un cuerpo de agua que inunda el espacio hueco de su memoria. A manera de reconstrucción de la materia, está exposición es una búsqueda en continuo estado de creación autopoiética donde el artista nos sumerge en su propia historia, la cual se revela en sus infinitas posibilidades.
Podemos entonces seguir la práctica de Rodrigue a través de Suely Rolnik, quien nos pide no olvidar que toda vital existencia es potencialmente autopoiética: esto quiere decir que como seres vivos tenemos la capacidad creativa para inscribirnos en el mundo subjetivamente a través de modos de sentir, mismos que podemos (re)inventar para relacionarnos en cuanto a códigos y representaciones que nos ubican en la vida social. Como Rodrigue lo demuestra, la singularidad se compone por una simultaneidad de percepciones, cogniciones e informaciones donde la memoria es un entramado clave de agencia que es cauce para un sin fin de ríos. De esta forma, la práctica artística es la conciencia del hábito cotidiano que es creación de mundo: esculpiendo y dibujando la historia desconocida de su abuelo, Rodrigue honra la memoria ausente, reinventando así el relato en cuyos sedimentos, encuentra su ser.
en la marina
huele a barro y miel
prendí una vela para que fuese boya
en el mapa de este viaje submarino
Diego del Valle Ríos